Por Alberto Villafranca (@BetoViPi)
En los últimos años, la plataforma de video “Netflix” ha apostado por el lanzamiento de series exclusivas, con las que han tenido grandes aciertos como “Orange is the New Black”,”Narcos”,“Stranger Things” y más recientemente “13 Reasons Why” último gran éxito de la plataforma y de la que no se deja de hablar, siendo un drama con el que nos sentimos familiarizados por tratarse de un tema bastante recurrente (lamentablemente) en los últimos tiempos, como el bullying y el suicidio en adolescentes.
La historia gira en torno a una chica de nombre “Hannah” que decide quitarse la vida por razones desconocidas, razones que serán disipadas, gracias a una serie de casetes, en los que la joven decide explicar cada uno de los motivos que la llevaron a tomar tal decisión, siendo cada capítulo, un lado de cada casete y una razón para cometer suicidio, según la protagonista.
Definitivamente la crítica de cine no es lo mío, por lo que no podría escribir una de forma honorable respecto a las técnicas cinematográficas, fotografía o ritmo de la serie, sino crear y compartir un punto de vista sobre la temática, que, como en algunas ediciones anteriores de esta columna, incluyen a adolescentes y tecnología acompañados de prejuicios y falta de interés por parte de los adultos, puesto que al ser una serie sobre adolescentes tocando temas tan fuertes como el acoso en redes sociales que termina en suicidio de una joven y que es transmitida en una de las plataformas más consumidas por adolescentes y jóvenes en la actualidad, es uno de esos casos en los que tenemos que estar presentes en el sentido crítico de nuestros seres queridos, por lo que a continuación toco los lados buenos y malos que a mi punto de vista envuelven a la serie protagonizada por Katherine Langford.
Lo bueno
La producción toca una serie de problemáticas a las que se enfrentan los jóvenes en la actualidad y que en realidad nunca antes se habían visto en la sociedad, como el acoso en redes sociales, jóvenes que manipulan imágenes y las comparten con el fin de desprestigiar a otras personas para ganar aprobación en sus propios círculos, adultos que, al no tener precedentes sobre las nuevas formas de acoso, menosprecian los problemas de un adolescente que al parecer no estaría pasando por nada fuera de lo común y jóvenes que llevan una doble vida entre las redes sociales y el mundo real como lo conocemos, haciendo casi imposible el entender con claridad para las personas que los rodean, la verdadera situación por la que podrían estar pasando.
Lo malo
Al ser una serie con tanta aceptación, es muy peligroso tocar el tema del suicidio tan románticamente como es tratado en esta producción; una chica que graba de forma detallada cada una de las razones que la llevó a quitarse la vida, que reparte estas grabaciones a cada una de las personas que para su juicio, fueron en su propio grado responsables de esta decisión para “darles una lección”, justificando el suicidio como una salida que sin más, es tomada por una adolescente al no ser entendida (según ella) por la sociedad, podría ser tomada como bandera y ejemplo para un mundo de jóvenes, que como ella, claman por atención de la misma sociedad de la que se sienten apartados, algo así como Katniss Everdeen de “Los Juegos del Hambre”.
Definitivamente es una serie, que al mismo tiempo de ser tomada como un buen pretexto para quedarse en casa y ver Netflix, también debería de ser un tema de conversación entre padres y adolescentes, puesto que toca temas que definitivamente se encuentran ahí y que sin una buena guía por parte de personas adultas, podrían influir en el comportamiento de un(a) joven confundido y/o apartado socialmente.
Así que ahí lo tienes, es una de esas series que tendrías que ver para poder criticar y que si tienes un adolescente en casa, es primordial que veas para poder compartir tus puntos de vista con toda la familia sin dejar cabos sueltos con tu temperamental ser querido.