febrero 13, 2018

Información de Agencias.

Luego una pausa de más de dos meses después de efectuado el sorteo de los octavos de final, la Liga de Campeones volvió a la acción con el primer episodio de esa fase de eliminación directa.

El Manchester City visitó al Basilea suizo como parte de una eliminatoria en la partían con la etiqueta de amplios favoritos, toda vez que hasta la fecha habían caído solo en dos partidos de las cuatro competiciones en que participan.

Como motivación extra, los «sky blue» serían protagonistas del centésimo partido de Pep Guardiola como técnico dentro de este prestigioso torneo, cifra a la que anteriormente habían llegado otros cuatro grandes como Jose Mourinho, Carlo Ancelotti, Arsene Wenger y Sir Alex Ferguson.

Y precisamente este sería su triunfo número 62, gracias a una exhibición de los actuales líderes de la Liga Premier, quienes «abrieron la lata» al 14’ gracias al gol del internacional alemán Ilkay Gundogan.

Muy poco después, al 18’, el portugués Bernardo Silva anotaba el segundo, y al 23’ Sergio «el Kun» Agüero hacía oficial la goleada. A los ocho de la segunda mitad Gundogan concretaba su doblete, para de paso llevarse el título honorífico de mejor jugador del partido.

Aunque nada está escrito todavía, todo parece indicar que los muchachos de Guardiola estarán en cuartos de final, una etapa que han superado solo una vez, en 2016, cuando quedaron eliminados en semifinales.

Abrazo en Turín

Kane (izquierda) y Eriksen fueron protagonistas en el empate de Tottenham en casa de la Juventus. Fotos: UEFA

La Juventus de Turín, escuadra subcampeona de la edición pasada, recibió en casa a uno de los equipos revelación de la temporada, el Tottenham, once construido en torno a una estelar generación que hace soñar al fútbol inglés.

Todo comenzó de forma ideal para los bianconeri, que al minuto 2´ se pusieron delante cortesía de Higuaín, el mismo que siete más tarde alargaba la ventaja de su equipo desde el punto de penal, tras una falta de Ben Davies sobre Federico Bernardeschi.

La temprana desventaja en contra de los londinenses hizo que muchos comenzaran a pensar en una goleada, una idea que comenzó a perder forma a partir de que los visitantes tomaron el control del encuentro y empezaron ofender con criterio la meta de Gianluigi Buffon.

Con la pelota dominada en ofensiva, poco tardaron los ingleses, con Mousa Dembelé y Dele Alli en la sala de máquinas, en asustar a la grada turinesa, y si no marcaron antes fue gracias a «Gigi», enfundado en su traje de eterno salvador.

No obstante el buen trabajo bajo palos del capitán italiano, su labor fue insuficiente para evitar que un fenómeno como Harry Kane (35’) lo «vacunara» tras pase filtrado de Alli. Para mayor suerte suya, al cierre de la primera parte Higuaín mandaría un penal al larguero que significó todo un golpe de ánimo.

En el complementario la historia fue la misma: el Tottenham asediaba con orden e inteligencia, mientras la «Juve» apostó por el contragolpe con unos pocos hombres, estrategia que dio poco o ningún resultado.

Finalmente, al 72’, el danés Christian Eriksen puso la igualdad con una pelota quieta que engañó a todos y se coló bien pegada a la cepa del palo derecho del experimentado Buffon.

El resultado, si bien no ideal, deja mejor parados a los de Mauricio Pochettino, que en tres semanas recibirán en Londres a la tropa de Massimiliano Allegri, y dependen de una victoria para ganar su boleto seguro a cuartos de final.