Gramsci y el mundo orgánico de Ricardo Alemán

mayo 8, 2018

El filósofo italiano Antonio Gramsci, líder comunista encarcelado por Mussolini de 1926 a 1937, escribió durante su reclusión los famosos “Cuadernos de la cárcel”, obra en la que definió, entre otros temas, a los “intelectuales orgánicos”, pero, ¿qué significa eso?, según el autor, debemos comprender que, todo grupo social que surge con una función esencial en el mundo económico, social y político, crea junto a él, orgánicamente, a un grupo de intelectuales para generar una corriente de pensamiento y seguidores que le avalen.

Con ese marco referencial, la política mexicana cuenta con un pequeño grupo de personajes gramscianos en el ámbito periodístico y en la élite intelectual, quienes, enredados en la bandera de la libertad de expresión, se tiran desde el Castillo de Chapultepec al fondo de lo más orgánico del mundo político, y, por citar un ejemplo, ahora tocó el turno al periodista Ricardo Alemán, quien el pasado fin de semana disparó contra los buenos principios periodísticos en twitter con la siguiente expresión: “A Jhon Lennon lo mató un fan, a Versace lo mató un fan, a Selena la mató un fan, a ver a qué hora chairos”, con este “indirecto” llamado a la intolerancia en contra del candidato Andrés Manuel López Obrador, no solo generó el hastag #NoAlPeriodismoSicario, sino que además, provocó su despido de Televisa y Canal 11.

Como seres humanos, somos libres para aprobar o rechazar a uno o varios candidatos presidenciales, sin embargo, y ante los riesgos que actualmente enfrenta el proceso electoral federal mexicano, lo que menos necesitamos son intelectuales orgánicos que, como agoreros defensores de intereses de diversos grupos, denigren o, peor aún, inciten a que un fan mate a su ídolo como si viviéramos en la novela “quien pierde paga” de Stephen King, que, dicho sea de paso, ya raya en lo estúpido, pues, el fallecimiento violento de un candidato presidencial llámese como se llame, solo alteraría el comportamiento de la Bolsa Mexicana de Valores, desestabilizaría la confianza del empresariado nacional e internacional, dañaría seriamente la economía familiar, y de paso, agotaría toda certeza sobre el sano desarrollo del proceso electoral.

Ahora bien, en este último punto, cabe destacar que con la rápida respuesta de los ciudadanos dentro y fuera de las redes sociales ante el twittazo de Ricardo Alemán, hace que nos preguntemos, ¿qué deben hacer las instituciones encargadas de organizar las elecciones y de validar el voto de los mexicanos para blindarse de cualquier ataque del bárbaro “califato” de las redes sociales?, urgentemente deberán ampliar sus bases de seguidores mediante la implementación de un nuevo modelo comunicacional que impacte y atraiga a la ciudadanía, es hora de salir más allá del mundo electoral y de la cultura democrática, es momento de atreverse a incorporar temas de literatura, arte, cultura y demás intereses dirigidos a jóvenes y adultos jóvenes, pues ahí está la mayor parte de electores, pero, sin descuidar el máximo principio de imparcialidad como uno de los ejes rectores de la democracia.

Entendamos que el statu quo nunca será el factor de cambio y transformación, sobre todo si observamos que el Instituto Nacional Electoral, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, tienen en twitter poco más de 692,000 seguidores, poco más de 54,000 seguidores y poco más de 8,800 seguidores, respectivamente, mientras que en facebook las cifras permanecen casi de manera similar por instancia.

Seguramente a muchos lectores esta cifra de seguidores puede parecerles una cantidad atractiva para convertirse en todos unos “rockstars” de las redes sociales, sin embargo, no lo es para las instancias encargadas de las elecciones en México, toda vez que si observamos el “13º estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México 2017” elaborado por AMIPCI, descubriremos que somos más de 70 millones de usuarios de internet que a diario lo visitamos como fuente principal de acceso a la información, por lo tanto; si contabilizan la diferencia entre los seguidores que actualmente tienen y el mercado total disponible de cibernautas, descubrirán que hay tarea por hacer, demostrando así, que se está desperdiciando un canal imprescindible para comunicar con inmediatez, en suma, no quiero imaginarme lo que sucedería si el 1 de julio sale uno o varios intelectuales orgánicos a “calentar la plaza” con una nota incendiaria que complique la viabilidad del proceso electoral en México.

Concluyo afirmando que, a título personal, valoro y respeto el trabajo de muchos intelectuales mexicanos, algunos ya fallecidos y otros vigentes en el ámbito literario, sin embargo, me mantengo alerta, pues retumba en mi cabeza la frase del expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, quien en una de sus entrevistas con la periodista Yuriria Sierra afirmó: “tengamos cuidado con algunos intelectuales, pues en muchos de ellos se esconde un tiranuelo feroz”.

Twitter: @karloskgv