Hijo mío.

septiembre 1, 2020

José Guadalupe Rocha Esparza

Nunca en la vida encontraremos vía libre. El obstáculo, en todas sus formas, en todas sus magnitudes, ha de salirnos al paso. Es viril sortear la piedra, el hoyo, la bestia, el hombre, que nos cortan el paso. José Ricardo ha vuelto a empezar, sin claudicar, al apagarse la ilusión por encontrar un mejor trabajo en Bimbo-Barcel GDL. “Ricky” acepta el reto de no rendirse.

La vida, por breve que sea, nos deja siempre tiempo para la gratitud, el más exquisito perfume de la vida, de tal nobleza y generosidad que todos la podemos dar, apresurándome en agradecer muy cumplidamente a Silvia Gardea, Ricardo Martínez y Miguel García, las facilidades brindadas por intentar reclutarlo en la empresa de Daniel Javier Servitje Montull.

Ni “Marinela”, ni “Sara Lee”, ni “Ricolino” ni “Tía Rosa”, era el destino para mi hijo, porque así lo quisieron los dioses, aún con las mejores intenciones de Silvia, Ricardo y Miguel. Ésta nueva experiencia, que comparto con mi vástago, nos asoma a Dios, nos perfila el carácter, nos afina el sistema nervioso, florece la piedad y cambia la perspectiva de la vida. ¡Avanti Ricky!