Armonía celestial.

septiembre 8, 2020

José Guadalupe Rocha Esparza

Pasiones, misas y oratorios, cantatas religiosas, tocatas, fugas, partituras para orquesta, para conjuntos de cuerdas y para diversas obras instrumentales, son el legado de la música contrapuntística de Johann Sebastian Bach, de honda emoción religiosa en líricas melodías, arias contemplativas conmovedoras y resonantes himnos de exaltación.

“El único objeto de toda música –decía Bach a sus discípulos- debe ser la glorificación de Dios y el dulce recreo”. Las pequeñeces que empañaron su vida –molestias, envidias y arruinada vista estrábica- no pudieron secar su inspiración ni la obligación de mantener a sus veinte hijos, laborando como organista de iglesia, compositor y maestro de música y latín.

“Pasión según San Mateo” y “Misa en si menor” son obras monumentales, por la capacidad de envolver sus palabras en un “halo” sonoro que evocan los pies arrastrándose bajo el peso de la cruz cuando Jesús era llevado al Calvario. Murió a los 65 años, justo al terminar su postrera composición: “Oh Señor, ante Tu Trono comparezco”, su última alabanza a Dios.