Retratista alemán.

octubre 9, 2020

José Guadalupe Rocha Esparza

Admirable artista que cambió el tosco y gélido estilo medieval por auténticas figuras humanas sostenidas por un torrente de aire, que lo catapultó como el personaje más señero del Renacimiento alemán, conocido por sus pinturas, dibujos, grabados y escritos teóricos sobre arte, genio proteico de incesante busca de perfección, un asombroso dibujante.

Tercero de 18 hijos, Alberto Durero, siempre con su cuaderno de apuntes, nació y murió en Núremberg, ciudad rica, culta y extraordinariamente activa donde sus obras “Lebratillo”, “Manos de apóstol”, “Apocalipsis”, “Tratado de las proporciones humanas” y “Estudios de flores silvestres” le dieron renombre antes de cumplir 30 años, especialmente por sus xilografías.

Como retratista, inmortalizó a los poderosos de una época recia y viril. Maximiliano I cubrió por año adelantado sus emolumentos para ilustrar devocionarios, diseñar armaduras y decorar arcos del triunfo. Imágenes suyas siguen adornando el papel moneda de Alemania. Sirviéndose de regla y compás, Durero diseñó el cuerpo humano, entre curvas y rectas.