Inspiradora mujer

octubre 30, 2020

José Guadalupe Rocha Esparza

Una mujer ilustrada, serena, capaz de hacer frente a cualquier situación imprevista; sabía de memoria capítulos enteros de la Biblia. Esta gran muchacha, de espíritu indomable y agudeza, venció una a una sus tres limitaciones físicas. A los 34 años era ya conocida en el mundo entero. Sus libros fueron traducidos a muchos idiomas y adaptados al sistema Braille.

La gran fuerza interior de Helen Keller fue asombrosa. Ser ciega, sorda y muda desde los primeros años de la niñez la rebelaron contra este triple obstáculo y constituirse en un modelo de inspiración, gracias a su noruega institutriz Anne Sullivan y maestra en Boston Sarah Fuller, quienes lograron la proeza individual más grande que registra la historia de la educación.

Semana a semana, mes tras mes, año tras año, Helen trabajó para mejorar su pronunciación, habilidad que demostró al decir discursos en público y sostener conversaciones. Oía por la vibración de los labios y escuchaba la música por el traqueteo del piano, violín o guitarra. Sus primeras palabras, “Mamá” y “Papá”, salieron con dulzura musical de sus labios. Un ser de luz.