Genio laborioso e incomparable, sabio alemán que se sobrepuso a toda adversidad. Ni la guerra, ni la intolerancia, ni las desdichas personales fueron óbice para que el astrónomo y brillante matemático Johannes Kepler, autor de las leyes que llevan su nombre, relativas al movimiento de los astros, confirmara la verdad del sistema heliocéntrico de Copérnico.
Aún lisiado y débil visual, encontró la posición de 1005 estrellas, plasmadas en almanaques náuticos tan útiles a la navegación. Escribió “El cosmos misterioso”, “Nueva astronomía y “La armonía del Universo”. Mientras la gente le escupía por ser “astrólogo”, Kepler afirmaba que la distancia media de un planeta al sol puede calcularse por lo que tarda en recorrer la órbita.
El catedrático, hombre de buen carácter, casado dos veces y padre de seis hijos, fundó la ciencia de la óptica geométrica, estudió la anatomía del ojo humano y las manchas del sol e incluso compuso una obra de ciencia ficción. Muerto a los 59 años, arrancaron todas las lápidas del cementerio para obras de fortificación, ignorándose el sitio donde fue sepultado.
[7:24, 2/11/2020] Alejandro Valladares A.:
