Zar atroz

noviembre 18, 2020

José Guadalupe Rocha Esparza

Perteneciente a la Dinastía Románov, Pedro el Grande gobernó Rusia 42 años, Zar que la occidentalizó y transformó en potencia europea, nación nueva, fuerte en la guerra y potente en la agresión, bajo un poder absoluto, reino del terror, maestro perfecto del espionaje y de la policía secreta, hombre de violentos e irrazonables accesos de cólera. Déspota irascible.

Creó la primera armada rusa. Transformó las tropas “streltsí” en un ejército permanente. Fundó San Petersburgo, floreciente puerto en el mar Báltico, donde murieron 200 mil obreros en la edificación de la capital imperial, poblada por familias enteras que fueron desarraigadas de Moscú. Cámaras de tortura trabajan día y noche. Presenciaba ejecuciones y aplicó purgas.

Alejo y Alexis, hijos de sus dos esposas, fueron estrangulados por traidores a su padre, sin pruebas convincentes. Decapitó al amante de su esposa Catalina. Azotaba mujeres y sacerdotes sin motivo alguno. Desconfiaba de todo el mundo. El odio por el tirano se extendió por Rusia. Traspasó las puertas de la locura y murió destrozado por los riñones y presa de la sífilis.