Mujer eterna

diciembre 3, 2020

José Guadalupe Rocha Esparza

47 años en vida de verdadera pobreza, contemplación y oración directa con la Divinidad, profunda espiritualidad llena de trances y visiones, donde su rostro parecía iluminado por una luz interior, elevarse y quedar suspendida en profundo misticismo, mujer eterna, canonizada, primera Doctora de la Iglesia desde 1970. Hablamos de Teresa de Ávila, Santa Teresa de Jesús.

Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada, gran monja española de clausura, esplendor de la sabiduría cristiana como el mismo San Agustín, animosa, de calor humano, chispeante ingenio, viva entereza, arrojo, vehemencia, de carácter abierto, equilibrado, misma que respiraba paz y alegría en todos sus ademanes, leyenda de la Orden Religiosa de las Carmelitas Descalzas.

Fundó monasterios, 17 de religiosas y 14 de Frailes Descalzos, espacios donde las conversaciones mundanas fueron prohibidas, vestir hábito de burdo y oscuro sayal, dormir en celdas individuales con jergones de paja, utilizar una jarra de agua para lavarse y mantener el orden. Escribió su autobiografía y “Las 7 Moradas”, guía para hablar con el “Rey de la Gloria”.