José Guadalupe Rocha Esparza/22-12-2020
Una leyenda viviente de la Época de Oro del cine mexicano es, a los 88 años, Yolanda Montes, artísticamente “Tongolele”, bailarina, vedette, actriz, escritora y pintora, viuda del bongocero Joaquín González, madre de los mellizos Ricardo y Rubén, abuela de 5 nietos, mujer con “exótica” mezcla de inglés, sueco, francés y tahitiano, de ojos brillantísimos azul-verde.
Desde los 16 años era la más conocida, espectacular y mejor cotizada en el ambiente artístico mexicano, afamada en teatros, salones y cabarets de la CDMX, tales como Blanquita, Carpa Geodésica, Club Verde, El Escorial, El Patio, Follies Bergère, Macao, Margo, Iris, Tívoli y El Tropicana de La Habana, Cuba, distinguida por su torbellino de vibraciones corporales.
La dama del mechón blanco, perfecta silueta, movimientos felinos de audacia y ritmo afro-cubano, mambo y conga, fiel representante de los bailes exóticos de la Polinesia, tropel de emociones, piel satinada, fue señalada de “atrevido erotismo” en su tiempo por la “Liga de la Decencia”. Dice “Tongolele” que la actividad es el mejor remedio contra la soledad.
