Una hora

febrero 2, 2021

José Guadalupe Rocha Esparza

Dios creó el tiempo, pero dejó que nosotros fabricáramos las horas. Durante una hora el panadero de Parral hizo las rayadas, esponjosas con miel de piloncillo y perfumadas de anís en su horno de leña. En una hora de clase, la maestra trazó en el pizarrón la ruta hacia la isla del tesoro a sus alumnos. El artista aprovechó una hora para culminar esa obra de arte.

Un cirujano sólo necesitó una hora para extirpar un cáncer al paciente y salvarle la vida. En una hora pintó Leonardo de Vinci la inquietante y ambigua sonrisa de la Gioconda y Velázquez inició el impresionismo desde el pañuelo de la infanta Margarita. El fontanero o plomero llegó a casa y en una hora arregló el grifo, el depósito del inodoro, el calentador y la cisterna.

El poeta escribió no afligirse por aquellas horas felices de esplendor en la hierba porque su belleza permanece siempre en el recuerdo. Hamlet en solo una hora pudo decidir entre ser o no ser. La eternidad está incluida en una sola hora, que puede inmortalizarnos. El tiempo son solo las cosas que nos pasan, por eso pasa tan deprisa cuando a uno no le pasa nada.