Cuba confirma cuatro muertos y 845 nuevos casos

febrero 5, 2021

 Cuba reportó este viernes otros 4 fallecidos (229 en total) y 845 nuevos casos de COVID-19 (31,190 en total) en una de las peores semanas de la pandemia en la isla, y en medio de severas medidas de control en la capital, epicentro de la enfermedad, que incluyen un toque de queda y elevadas multas contra los infractores.

Solo entre lunes y viernes se han diagnosticado 4,504 positivos y 15 muertes por coronavirus. Según los pronósticos oficiales del régimen, se pondrá peor en lo que queda de febrero y marzo. Los expertos advierten que el pico de contagios aún no se ha alcanzado, reseña Radio Televisión Martí.

Por provincias, las tres con peor situación siguen siendo La Habana (364), Santiago de Cuba (200), con un incremento significativo en el día, y Guantánamo (94).

Las autoridades capitalinas del régimen resaltaron el miércoles “una actuación más enérgica contra las indisciplinas sociales y los transgresores de disposiciones, leyes y regulaciones”, según reportó el diario estatal Tribuna de La Habana.

El jefe del Consejo de Defensa Provincial, Luis A. Torres Iríbar, dijo que los padres de niños sorprendidos jugando o deambulando en las calles recibirán multas de hasta 2,000 pesos, y llamó a los inspectores estatales y policías a “incrementar su efectividad”.

En la jornada se impusieron 319 multas y comenzó la aplicación del Decreto Ley 30, sobre violaciones de precios y tarifas, en relación con el que ya se han impuesto 143 multas. Otro Decreto, el 31, entró en vigor para penalizar contravenciones a las medidas de prevención de la pandemia, informó el coordinador de Fiscalización en la capital, Orestes Llanes.

Cubanos consultados este jueves dijeron que medidas como el toque de queda en el horario nocturno, que entra en vigor este viernes, no son efectivas para parar el contagio del COVID19, pues las horas en que se producen las mayores aglomeraciones de personas en establecimientos y calles son las del día.

Mientras, las largas colas para adquirir productos de cualquier índole continúan, en medio de una crisis económica profunda, que no ha hecho más que agudizarse con la pandemia.