Cincuenta años

junio 7, 2022

Un individuo tiene tres necesidades materiales básicas: alimento, ropa y vivienda. El derecho a tener una vivienda es un derecho natural. Nadie lo pone a discusión. Nadie lo niega. Es justo e irrefutable. En esa casa sueña el que trabaja. Como el pan y el vestido es la vivienda. No solamente útil y necesaria. Definitivamente indispensable, siempre pensada y anhelada.

Cincuenta y tres años transcurrieron entre el momento en que fue sancionado el derecho de los trabajadores a contar con una vivienda “cómoda e higiénica”, cuando surge el INFONAVIT el 21 de abril de 1972, precisamente hace cincuenta años, como una reivindicación revolucionaria largamente añorada, materializándose la esperanza de muchas personas.

En agosto de 1972, el INFONAVIT inició el financiamiento de las primeras nueve mil viviendas en ocho ciudades simultáneamente, gracias al equipo fundador del Instituto, servidores públicos que transpiraban entusiasmo por todos los poros… y no era para menos: el INFONAVIT era responsable de cumplir con una exigencia histórica. Y respondió toda la gente del Instituto.

La obra del INFONAVIT se palpa en las calles, plazas, jardines, en los edificios y en las casas que forman ciudades dentro de otras ciudades, que cobijan nuevas tradiciones y una vieja costumbre: la convivencia humana. Por ello asistimos en 2022 al 50 aniversario de la fundación del Instituto, un tiempo verdaderamente histórico para las futuras generaciones.

La acción de todos mis compañeros fundadores del INFONAVIT en Jalisco fue trascendental, de colosal impacto en la sociedad tapatía, coadyuvantes de una herramienta de justicia social que derramó beneficios innegables hasta la fecha, a lo largo y al ancho de la amada Patria común, razón para manifestar nuestra gratitud, hoy pioneros de reconocimiento perenne.

Sonrisas de congratulación de los fundadores es el dulce recordar no sólo la asignación de créditos, sino también la programación arquitectónica, los materiales y técnicas idóneas, así como la búsqueda de terrenos con los cuales conformar una reserva territorial que pusiera un obstáculo a la especulación a que iba a dar lugar este proceso constructivo.

En un contexto geográfico, social, cultural y económico, se abrió el abanico en Guadalajara de casas unifamiliares de un nivel, dúplex de dos niveles y multifamiliares de cuatro niveles en Miravalle, 1976 y el Sauz, 1986-1991, circundadas por áreas educativas, comerciales, deportivas, recreativas, servicios médicos, casa tienda, centro social, para casi 100 mil personas.

En San Pedro Tlaquepaque y Tonalá, Villa de los Robles, San Eugenio y La Soledad, así como Los Guayabos, en Ciudad Guzmán, municipio de Zapotlán el Grande, entre otras más Unidades, donde las familias cohabitan para vivir, aprender a convivir, trabajar, reunirse, divertirse, rezar, administrar el gasto; para reír, jugar, besar, hablar, existir; para ir viviendo.

Cincuenta años del INFONAVIT es una conquista que no puede ser minusvaluada y mucho menos los fundadores liderados por Silva-Herzog. El INFONAVIT y quienes trabajamos en él, merecen el orgullo, el honor y el alto privilegio de ser mexicanos de bien. Los servidores públicos que sigan en el Instituto, tendrán la última palabra. Felicísimas felicidades fundadores.