Gobernar. De los discursos a la realidad, de las promesas a los hechos.
En Tamaulipas, Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo, entidades en las que el 5 de junio se realizaron elecciones y hoy ya hay 2 Gobernadoras electas y 4 Gobernadores electos; uno de los primeros actos que llevarán a cabo será la decisión de quienes ocuparán los cargos públicos que se ocupan por designación, para lo cual, en términos del artículo 41 constitucional, deberán cumplir con el principio de paridad, es decir que, para ocupar los cargos, deberá designar la mita de hombres y la mitad de mujeres.
Las mujeres son un poco más de la mitad de la sociedad, las mujeres son el 52% de la lista nominal. A la fecha, para los cargos de elección popular, los partidos políticos están obligados a cumplir con el principio de paridad en las candidaturas, lo que trajo como efecto una mayor representación de las mujeres en los cargos legislativos y una presencia creciente en los cargos de Presidencias Municipales y Gubernaturas.
No habrá pretexto que valga para no cumplir con el precepto ya citado que textualmente expresa “La ley determinará las formas y modalidades que correspondan, para observar el principio de paridad de género en los nombramientos de las personas titulares de las secretarías de despacho del Poder Ejecutivo Federal y sus equivalentes en las entidades federativas. En la integración de los organismos autónomos se observará el mismo principio”.
Para garantizar el acceso de las mujeres se deberán vencer inercias y afirmar la convicción de cumplir con la Constitución y de reconocer el talento y la inteligencia femeninas; no un favor, es un reconocimiento de que la sociedad se integra con hombres y mujeres y que la ruta para elaborar el mejor plan de gobierno y gobernar, pasa necesariamente por la integración de visiones.
Entonces, estamos a unos días de que en las 6 entidades arriba mencionadas se vayan conociendo nombres. Y de que toda la sociedad vea que la paridad llegó.
Todo esto, más que ocupar cargos porque lo dicta la Constitución, coadyuva a que la visión de la igualdad entre hombres y mujeres, que siempre debió estar presente pero que le ha significado a las mujeres una lucha constante, permeé en todos los ámbitos, privado y público, del quehacer humano.
