Convoca Agricultura a cerrar filas para combatir desafíos ante cambio climático

junio 17, 2022

• Durante el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, afirmó que es urgente que los gobiernos diseñemos instrumentos de política pública y estrategias que permitan reducir esta problemática y en las cuales tengan cabida el sector privado y sociedad.

CDMX.- El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, convocó a los tres niveles de gobierno, sector privado y sociedad, a cerrar filas para enfrentar los impactos de los imponderables climatológicos y los cambios geopolíticos y económicos y, de este modo, prevenir una crisis alimentaria que preocupa a todos los gobiernos y países del mundo.

Durante la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, celebrada en San Luis Potosí, el funcionario federal sostuvo que es primordial incrementar las prácticas de producción sostenible en el sector agroalimentario, de cara a los efectos del cambio climático.

La Secretaría, dijo, ha priorizado la conservación y restauración de agroecosistemas, la conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos suelo, agua y genéticos para la alimentación y la agricultura, así como el fomento de buenas prácticas agrícolas en su sentido más amplio.

Villalobos Arámbula expresó que, ante el actual contexto global, se vuelve mandatorio y urgente que los gobiernos diseñemos instrumentos de política pública y estrategias que permitan reducir esta problemática y en las cuales tengan cabida el sector privado y sociedad.

De lo contrario, dijo, este fenómeno avanzará cada día en la degradación de los suelos y con afectación de forma más severa en las zonas áridas y semiáridas de aproximadamente 165 países en todos los continentes, lo que representa ya pérdidas importantes en el sector agroalimentario.

Precisó que actualmente en México, de acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, 64 por ciento de los suelos presenta algún grado de degradación y, algunas estimaciones recientes señalan que el 47 por ciento de los suelos de temporal y el 53 por ciento de riego, tienen algún grado de afectación por salinidad.

Indicó que cada año se ven afectadas alrededor de 600 mil hectáreas en el país y, de manera recurrente, entidades como San Luis Potosí, Zacatecas, Tamaulipas, Chihuahua, Sonora, Durango, Coahuila y el norte de Veracruz, así como otras del centro del país, registran un grado de afectación por este fenómeno.

Acciones en marcha

Entre las acciones aplicadas en el país, el funcionario enumeró la Estrategia Nacional de Suelos para la Agricultura Sostenible (ENASAS), que ayuda a mantener nuestros suelos vivos, optimizando los nutrientes y costos de producción con diferentes tecnologías como enmiendas, subsoleo, drenes, sincronización de fechas de siembra, transferencias de genotipos correctos y análisis de suelos.

Puntualizó que otra acción relevante es el Proyecto Estratégico de Atención a la Sequía Agrícola implementado durante 2021 en Chihuahua, Durango, San Luis Potosí, Sonora y Tamaulipas, para reconvertir la producción hacia cultivos de bajo consumo de agua, de ciclo corto, y orientado a granos básicos, oleaginosas y forrajes perennes, como el nopal y zacate banderita.

Estas iniciativas, dijo, contribuyen a mejorar la productividad en las zonas áridas y semiáridas del país, mitigando los efectos de la sequía recurrente que aqueja a miles de productores agropecuarios, con beneficio para 28 mil 670 familias productoras y en una superficie de 235 mil 500 hectáreas.

Villalobos Arámbula expuso que otra medida es el proyecto de Estimulación de Lluvias en los estados del norte y noroeste del país, cuyo objetivo es contribuir al incremento en el nivel de precipitación, coordinado por la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza), con apoyo de la Fuerza Área Mexicana (FAM) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

El director general de la Conaza, Ramón Sandoval Noriega, destacó resultados de estimulación de lluvias, proyecto que ha tenido 120 vuelos, todos exitosos, en beneficio de nueve millones de hectáreas, en 2021, y 10.2 millones de hectáreas en 2022.

También se promueve la sustitución de cultivos de alta demanda hídrica por cultivos de baja demanda y el mejoramiento de la cobertura vegetal con especies de porte bajo (pastos, arbustivas, entre otras) y/o especies nativas y endémicas (adaptadas a las condiciones secas), apuntó.

Expresó que hoy en día, uno de los grandes retos es trabajar de manera integral para aprovechar de mejor manera el agua que se logra precipitar, almacenarla y crear conciencia entre la población para lograr un uso correcto.

Resaltó la importancia de que el recurso hídrico se ocupe en la producción de peces y plantas, que son los alimentos que necesitamos, toda vez que 2022 puede ser el mejor año en la historia productiva del país en las últimas décadas.

El gobernador Ricardo Gallardo Cardona expresó el apoyo del gobierno del estado y de legisladores federales, ya que –dijo- si se trabaja de la mano desde ahorita, podemos tener un mejor presupuesto para 2023 y generar mejores condiciones para el campo mexicano.

Llamó a seguir apostando por la Conaza y centrar esfuerzos de financiamiento e inversión pública y privada, ante las tareas que se tienen que llevar a cabo.

Gallardo Cardona se pronunció por generar un convenio entre San Luis Potosí y Agricultura y avanzar en proyectos como el bombardeo de nubes, ya que esto podría beneficiar, además, a los 10 estados vecinos. Quien gana son los productores y la gente en sus casas cuando recibe alimentos generados en el campo potosino, anotó.

La directora de Relaciones Externas, Políticas y Vinculación de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, Miriam Medel, alertó que la sequía, exacerbada por el cambio climático, ha dejado de ser un fenómeno cíclico y focalizado que se podía más o menos atender, a uno que afecta a todos alrededor del mundo, de manera directa o por la escasez de alimentos o insumos en algún punto de las cadenas globales de valor.

Afortunadamente, dijo, contamos con herramientas y la voluntad política de la convención para trabajar de manera coordinada y superar juntos la sequía.

Ciencia y tecnología, base para atender estragos en el campo

El representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Diego Montenegro, destacó la importancia de que el conocimiento, la ciencia y la tecnología sean la base para mitigar y revertir los procesos de desertificación y degradación de los suelos agrícolas y la sequía.

Esto, dijo, debe asociarse a un conjunto de políticas públicas, estrategias y proyectos que el gobierno mexicano ejecuta, toda vez que se reconoce que al menos 38 por ciento de los suelos agrícolas en el hemisferio están degradados.

Destacó el trabajo que el IICA realiza con gobiernos estatales e instituciones descentralizadas, a través del programa Suelos Vivos de las Américas, el cual inició actividades en los estados de Chiapas y Guanajuato y en fechas próximas lo hará en Zacatecas y San Luis Potosí.

El secretario de Desarrollo Agropecuario y Recursos Hidráulicos del Gobierno de San Luis Potosí, José Alfredo Pérez Ortiz, expresó que la desertificación es uno de los problemas ambientales de mayor relevancia, dado el impacto que tiene en el capital natural de nuestro país.

Se estima que el 35 por ciento de los suelos en México presentan procesos severos de degradación y cada año se pierden alrededor de 380 mil hectáreas de vegetación forestal en el mundo, aunado a otras afectaciones como la salinización de los suelos, indicó.
Homenaje póstumo a investigador

El director general del Colegio de Posgraduados en Ciencias Agrícolas, Juan Antonio Villanueva, rindió un homenaje póstumo al investigador Manuel Anaya Garduño, cuyos estudios han contribuido de manera importante al combate a la desertificación.

Señaló que dirigió la publicación del Manual de Conservación del Suelo y del Agua, un compendio de prácticas y obras de conservación de estos recursos, enfocadas a controlar la degradación de tierras, en especial la erosión hídrica y eólica en actividades agrícolas, ganaderas y forestales.