Selección Nacional

noviembre 27, 2022

México volvió a vivir los sinsabores del futbol. Dolió a los mexicanos la derrota ante Argentina. Todo un país lleno de esperanza, fe en el milagro e indeclinable alegría, ahora triste, desilusionado por un equipo que no cumple, ajeno al sentimiento de los colores patrios, que no ha podido llegar a ese elusivo quinto partido y alzarse con la copa, anhelo longevo y común.

El extraordinario momento de estar juntos los mexicanos, congregación de almas y espíritus, algarabía desbordante en busca de un periodo de grandeza, queda desinflado otra vez al ver que los héroes se vuelven de arena por un TRI desafortunadamente mediano, resultado de intereses mercantilistas, jugadores recomendados y desvinculados unos con otros.

Lo que necesita nuestra patria es liberarse del negocio y convertir el futbol en deporte para mostrar esos músculos de hierro, esos nervios de acero, esas voluntades gigantescas a las que nada se resista y afrontar recio, cara a cara, a ese puñado de extranjeros en la cancha, jamás enternecidos como bolas de algodón. Y no llorar; bastante hemos llorado. “¡Sí se puede!”