¿Cómo evitar que nuestras emociones no influyan en nuestra alimentación?

octubre 2, 2017

Nutrióloga: Jessica López

Muchos tenemos malos hábitos y la mayoría en las dietéticas, el cual es un comportamiento muy humano, ya que muchas veces se debe al haber alargado mucho tiempo un mal hábito. Pero la mayoría de las veces la persona que es adicta a la comida o a ciertos alimentos tiene este comportamiento adictivo en varias áreas de su vida.
La sensación con todas las adicciones son casi lo mismo: una sensación de búsqueda por saciar un gran vacío interior.
En nuestra vida llega un momento donde tenemos que hacer frente a esa sensación de vacío, a la soledad y a las heridas. A veces, inconscientemente empezamos a sufrir trastornos como la ansiedad, el estrés, depresión, atracón. Lo cual hace que las personas encuentren alivio en la comida e incluso el apego a alimentos adictivos como la repostería, pan y los dulces.
La primera vez que experimentamos adicción a comer nos sentimos como si hubiésemos encontrado ese vacío, nos sentimos incluidos y aceptados. Pero al cabo de un tiempo esto desaparece y terminamos con la misma sensación. Y como no lo encontramos, nos deprimimos, desarrollamos un desorden compulsivo con la alimentación, tenemos la necesidad de controlar nuestra vida y todo lo que nos rodea. Nos sentimos fragmentados. Y acabamos adictos o dependientes de la comida, más bien de ciertos alimentos, o a comer en exceso. Y el problema es que nunca llenas de verdad el vacío, porque cuando terminas de comer tienes un bajón anímico tan grande que te sientes aún más vacío.
Es por este mecanismo de malestar y bienestar, de vacío o conexión con el amor, que rápidamente te enganchas a comer si sientes una herida interior. Para poder sanar las adicciones dietéticas hay que tomar una actitud proactiva hacia un camino de sanación interior. La idea, entonces, es hacer una transformación que implique el desarrollo de conciencia, a través del cambio de alimentación, la meditación, el contacto con la naturaleza, enfocada al desarrollo de tu propósito y a sanar tus heridas, hacer más actividades creativas, practicar la gratitud, leer, ir a conferencias relacionadas con la espiritualidad y la alimentación consciente, ver vídeos que te inspiren a sacar la mejor versión de uno mismo, indagar en tu autoconocimiento, y rodearte de personas que vibren con los mismos intereses. Y poco a poco ir eliminando barreras de protección, a saciar ese vacío interior; hasta lograr el amor propio, y llegar a mostrar tu luz y tus sombras sin miedo al rechazo, empezar a jugar, a reír de nuevo, a sanar heridas, a sentir gratitud a empezar a ver la belleza en todo y darle un sí a la vida.
Reflexionar y preguntarnos: ¿De qué tengo hambre? , ¿Qué es lo que intento llenar con la comida?
Solo es cuestión de dejar de intentar llenar un “vacío” con lo que ahora ya sabes que se va a hacer y atreverse a reconocer el verdadero ser, la esencia de uno mismo e indagar hacia dentro, iniciándote en un maravilloso camino de autoconocimiento, cerrar tus heridas, perdonar, aceptar y dejarte en paz.

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