Calma tensa en el Real Madrid por el sucesor de Zidane.

junio 1, 2018

1 de junio de 2018

En el club todavía andan masticando su dimisión. La elección del técnico, con Pochettino en la pole position, debe ser prioritaria sin ser precipitad.

LA INTRAHISTORIA

El Real Madrid es un volcán en ebullición. Lo fue la semana pasada con la consecución de la Decimotercera Champions League en Kiev y las consiguientes celebraciones. Y cuando parecía que la erupción se calmaba y el cráter se cerraba para dejar paso al Mundial y a un verano relativamente encarrilado en el mercado de fichajes, de repente la salida de Zidane ha traído consigo temblores, gases, lava y fuego a un terreno que además se pensaba protegido de las inclemencias: el banquillo.

Cómo es Pochettino, posible sucesor de Zidane

Un día después del anuncio público de la renuncia del galo, en el Real Madrid todavía andaban masticando semejante decisión. Haciéndose a la idea de todo lo que estaba por venir, tratando de vislumbrar un horizonte completamente desconocido e inesperado que está ya asomando a la vuelta de la esquina. Nadie esperaba esta repentina salida de Zidane, con lo que no había planificación alternativa esperando en un cajón de cualquier despacho de la planta noble del Santiago Bernabéu. No existía el siempre manido Plan B. Sí filias, fobias y conversaciones flotando en el aire durante algún tiempo, como es lógico, pero absolutamente nada plasmado negro sobre blanco.

De manera que, nada más conocerse y asumirse la noticia, en el Real Madrid se pusieron a trabajar inmediatamente en la que es la prioridad número uno a día de hoy en el club: el fichaje de un nuevo entrenador que suceda a Zidane. De hecho, según publicaba Marca el mismo jueves por la noche, desde el club blanco ya habían iniciado los contactos con Pochettino y con Joachim Low. El primero, por cierto, se dejó querer unas horas después en la presentación de su autobiografía, mientras que el segundo se autodescartó ya para el cargo.

Muchos nombres sobrevuelan los medios de comunicación, pero lo cierto es que a día de hoy los ojos de los dirigentes blancos están puestos, sobre todo, en el técnico del Tottenham. Quien nunca ha ocultado que le gustaría recalar algún día en el Real Madrid, pero que acaba de renovar su contrato con el club londinense, no tiene cláusula de escape, y además cuenta con un superior bastante correoso en las negociaciones: Daniel Levy. Lo que invita a pensar que no será una operación sencilla ni mucho menos.

Sea como fuere, Pochettino aparte, en el club blanco ya se habían auto-recetado jarabe de calma de cara a lo que está por venir. Con los extintores al hombro para intentar sofocar el candente volcán en la medida de lo posible. La sorpresa fue mayúscula, sí. La tensión es máxima, también. Pero como decía Fernando VII, nada como vestirse despacio cuando tienes prisa. O exportado a la situación actual del Real Madrid, nada como reflexionar con calma y serenidad el panorama que se está todavía abriendo ante sí para intentar tomar la mejor decisión posible. Y es que la elección del nuevo entrenador blanco tiene una importancia capital. Como se vio con Rafa Benítez y, afortunadamente para los intereses blancos, como se vio también con Zinedine Zidane después.

El próximo entrenador puede marcar si este verano será el del cambio de ciclo en el Real Madrid, o directamente el del fin de ciclo. Y el heredero de la pizarra merengue llegará ya con la tremenda desventaja de partir uno o dos escalones por debajo de la altura que dejó Zidane. Porque será difícil o imposible que tenga ni el mismo carisma ni el mismo currículum que el técnico galo. Ni que la actual plantilla. En el club blanco lo saben. Y por eso no quieren precipitarse con la elección del nuevo técnico, sino tomar la decisión correcta. Aunque eso signifique varios días -o semanas- sin entrenador designado. La única buena noticia de la marcha de Zidane es que queda todo el verano por delante aún. Así que, de momento, la calma tensa predomina en el Santiago Bernabéu. Tensa, sí. Pero calma, también.