El día más triste del año no existe: UNAM

enero 20, 2019

• Como seres sociales no debemos esperar que haya un día específico para deprimirnos.
• Lo que sí es real es la cuesta de enero, que afecta al 70 por ciento de los mexicanos, y el nuevo panorama político, que implica incertidumbre e inquietud.
• El blue monday se originó como base de una campaña para aumentar las ventas de viajes.

El “día más triste del año”, también denominado blue monday, no existe; es en realidad un hecho pseudocientífico o, en todo caso, un concepto mercadotécnico. Las condiciones para que alguien esté triste o alegre dependen de los eventos que ocurren a su alrededor, aseguran expertos de la UNAM.

Señalado como el tercer lunes de enero, el blue monday se asocia al contexto propio de esta temporada: el término de las fiestas decembrinas, la cuesta de enero y, en esta ocasión, el panorama político por un nuevo gobierno, dijeron.

Este tema fue analizado desde distintos puntos de vista por Hugo Sánchez, académico de la Facultad de Psicología (FP); Violeta Rodríguez del Villar, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc); y Christian Salazar Montiel, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán.

Realidad económica

Este mes, lo que sí es real es la “cuesta de enero”, y en este 2019, un nuevo panorama político en el país. La primera afecta al 70 por ciento de los mexicanos e implica reducciones importantes de consumo, y el segundo se caracteriza por una forma diferente de hacer política, lo que trae como consecuencia incertidumbre e inquietud.

Violeta Rodríguez del Villar expuso que en esta temporada se presenta un fenómeno mundial que tiene que ver con la euforia de consumo ocurrida a finales de año: las personas gastaron de más y ahora tienen dificultades para enfrentar sus gastos normales.

Durante enero se realizan más transacciones por empeño, una de las maneras de resolver el desgaste económico, y para enfrentar el aumento de precios.

“Las empresas registran una reducción en sus ventas y normalmente incrementan sus precios, lo que les permite compensar sus ingresos, pero con ello se profundiza el impacto de la cuesta”. Las medianas y grandes son las mejor preparadas para enfrentar este fenómeno, y lo toman en cuenta en sus planes y programas, pero eso no necesariamente ocurre con los consumidores, los menos habilitados, aunque les ocurra año con año.

Para lograr escalar la cuesta de enero, Rodríguez del Villar recomendó restringirse a adquirir bienes y servicios indispensables, reacomodar los esquemas de gasto, comprar de manera consciente y comparar precios y calidades, además de evitar el endeudamiento.