1 de junio de 2018
En lo que probablemente sea su último Mundial, Messi quiere revancha.
Desde que viste albiceleste, Lionel Messi ha tenido que conformarse con ver a su Argentina caer una y otra vez, coincidencialmente siempre ante el mismo rival. Pero para lo que en papel pinta como la última edición de la Copa del Mundo que el jugador del Barcelona disputará, Messi quiere lío.
Y es por ello que el 10 ha invertido de todo un poco para lograr el cometido. Desde tomar clases de kickboxing hasta orquestar el título de liga de su club, Messi ha hecho todo a cabalidad para que el 2018 sea su año, independientemente de todo lo que se haya dicho y dirá de Argentina, de él y sus compañeros.
La casa es un gym.
Messi modificó el gimnasio de su casa para que le fuera añadido un espacio destinado para kickboxing, disciplina con la que el argentino procura robustecer su físico. El espacio abierto para entrenar en esta modalidad de combate es muestra de la importancia que tiene ganar el Mundial para la Pulga.
Trabajar fuera de horario.
Messi contrató junto a Luis Suárez a un preparador físico que les permitiera robustecer los resultados obtenidos con el trabajo realizado junto al Barcelona. Ello lo vienen haciendo desde antes de lesionarse, y tras sus dolencias físicas que lo marginaron de la primera tanda de amistosos del 2018, Messi fue sometido a una mayor recuperación y escrutinio para asegurar que llegase a tope.
Cambiarlo todo, hasta cómo jugar.
Segun fuentes cercanas al jugador, se coordinó un plan de recuperación donde se le diera prioridad a evitar una reincidencia de la lesión y en el que se contemplaban sesiones de recuperación más largas, más estiramientos y trabajo físico para mejorar la zona lesionada.
Incluso hasta la forma en la que Messi fue empleado sobre el campo fue modificada para que el impacto sobre el aductor derecho, origen del dolor, se redujera al evitar tantos cambios bruscos de dirección.
Con estos cambios, Messi ha asegurado un 2017/18 que sirvió como una preparación prolongada para la gala del año futbolístico: el Mundial. Para él, al igual que su país y compañeros, ganarlo es el máximo anhelo, y uno por el cual Messi se ha mostrado adepto a la idea de darlo todo por alcanzar. Quedará ver si tanto esfuerzo y cambio rinde frutos.
