Gran viajero

noviembre 20, 2020

José Guadalupe Rocha Esparza

Marco Polo, mercader italiano, dictó al escribiente “Las maravillas del mundo” para que los europeos pudieran leer su viaje de 24 años por Asia Oriental y China, apasionado relato que, en voz del veneciano, no había contado ni la mitad de lo que vio por Tabriz, Pekín, Hangzhou, Birmania, Zaituna, Indochina, Malaca, Sumatra, Ceilán, India, Ormuz y mucho más.

Entonces de 17 años, Marco Polo, acicateado por su padre Nicolo y tío Maffeo, que habían llegado hasta Bujará, decide aventurarse en 1271 para ver las flores de azafrán y narcisos, oír el berrido de los camellos, oler las emanaciones de aromáticas especias y admirar los vestidos multicolores de árabes, chinos, kurdos, mongoles, persas, rusos, tártaros y turcos.

Sirvió durante 17 años al civilizador Kubla Kan, nieto de Gengis e incluso gobernó tres años la ciudad de Yangzhou, mientras su padre y su tío se enriquecían con el comercio. Como buen gondolero, dominaba 4 lenguas orientales. Ello le permitió conocer emocionado los admirables adelantos de la China de la edad media, tan asombrosos como los de hoy en día.