Lavado cerebral

enero 21, 2021

José Guadalupe Rocha Esparza / 21 de enero de 2021.

El cerebro humano es un tesoro, una riqueza invisible que no necesita declararse en la aduana, el escáner no podrá detectarlo, ningún gendarme conseguirá prohibirle el paso y estará siempre a salvo de los ladrones. Esa rica materia prima de nuestro planeta, instalada en la celda del cráneo, es la única fuente de energía realmente inagotable, sostenible y renovable.

Desde el momento de nacer, ese órgano tiene en todos los casos idéntico valor sin que importe el origen ni el lugar de donde proceda, pero esos cerebros deben cultivarse para no desperdiciarse, energizarse para no despilfarrarse, adquiriendo habilidades, destrezas, conocimientos, valores y conductas, resultado del estudio, instrucción, experiencia y razonamiento.

Si bien es muy difícil que nos roben el cerebro, si es muy fácil que nos laven el mismo, cotidiana práctica que utilizan los piratas para apoderarse de ese tesoro a través del fanatismo, la superstición, el sectarismo, el adoctrinamiento o la manipulación, que pueden convertir a la persona más inteligente en siervo o ilota. Contra esos piratas, úsese la libertad plena.