Sentido agradecimiento

diciembre 27, 2020

José Guadalupe Rocha Esparza / 27-12-2020

Adriana Elizabeth Lora Espinosa más otras mujeres que portan batas blancas y azules en los hospitales, merecen nuestro reconocimiento, dado que se “partieron el pecho”, sin reposo alguno, dejando a un lado la cena del 24, así como la comida del 25 de diciembre, para asegurar la supervivencia de enfermos y dolientes, abrigándolos con su noble esfuerzo.

A ellas, nuestra gratitud, mismas que libran arduas batallas en quirófanos, consultorios y galerías donde los enfermos se hallan a un punto de la vida y a un momento de la muerte; a las que asisten a los pacientes en larguísimas jornadas, con riesgo de su integridad y de su vida; a las que tienen, extenuadas, el rostro cubierto, los ojos brillantes, la frente sudorosa.

Muchas gracias a esa legión de mujeres generosas que ejercen su vocación, cumplen su profesión y se ganan la vida lidiando por otras vidas, tales como médicas, enfermeras, laboratoristas, asistentes, etc., que jamás dejan que los pacientes carezcan, por lo menos, de una mano amiga y de una mirada fraterna o ser la última imagen en la pupila de los moribundos.