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Morena tiene que convertirse en el primer partido político del Siglo XXI

agosto 1, 2019

Ciudad de México, a jueves 1 de agosto del 2019. – Morena cumple 5 años de su fundación. Es el movimiento popular más importante en la historia del México contemporáneo. Contrario a lo que algunos dirigentes piensan, Morena no es el movimiento nodriza de la lucha por un nuevo régimen político mexicano.

Morena es el heredero y recipendiario de un sin fin de movimientos, liderazgos, causas, propuesta, principios, ideas y proyectos, de quienes venimos desde hace décadas luchando por transformar y regenerar el sistema político mexicano.

Pocos recuerdan las luchas de los maestros, ferrocarrileros, electricistas, médicos y enfermeras, que fueron reprimidos en 1958; como también, abrevamos del ímpetu y espíritu libertario de los jóvenes masacrados en 1968 por un régimen autoritario de partido de Estado y un Estado sin partidos, salvo honrosas luchas testimoniales de izquierda y de derecha.

Entre estos períodos, hubo quienes al enfrentar la cerrazón del régimen priísta, decidieron organizarse en la guerrilla en varios Estados de la República, siendo sus líderes asesinados arteramente por las garras represoras de esa dictadura disfrazada de democracia social.

Las elecciones eran sólo un espectáculo de propaganda de las supuestas bondades de los gobiernos «revolucionarios».

La primera gran fractura de ese régimen, la conseguimos quienes luchamos,dentro y fuera del PRI, en contra la imposición y el fraude electoral, en 1986, 1987 y 1988.

A partir de ese momento, se inició una serie de avances en transformación de las instituciones políticas y electorales, que poco a poco se ha abierto paso, pese a las enormes resistencias de la coalición de intereses que amalgamaron el interés público con el interés privado, con la única finalidad de saquear las riquezas nacionales, el erario público y concentrar en pocas familias el PIB nacional, dejando como saldo a un país lleno de miseria, pobreza extrema, impunidad, ilegalidad, corrupción, inseguridad, delincuencia por doquier, desangrado y polarizado.

Es decir, Morena es la nieta de esas luchas democráticas de las que venimos muchos para construir un Proyecto de Nación.

Por eso, es risible que algunos fundadores de Morena se perciban como los únicos portadores de la verdad por haber conocido a Andrés Manuel López Obrador en este siglo, cuando muchos de nosotros venimos con él luchando desde la década de los 80’s del siglo pasado.

Nosotros sí tenemos muy claro el devenir histórico y la prospectiva de un futuro en el que estamos obligados a redefinir las nuevas bases del nuevo Estado mexicano y la construcción de un nuevo pensamiento político crítico, propositivo y constructivo, que será la esencia de las transformaciones al sistema político mexicano.

Para conducir este proceso de regeneración de la vida pública se requiere de una visión de Estado y de un una misión ciudadana para construir la nueva mayoría política con todos los sectores sociales.

Morena tiene que convertirse en el primer partido político del Siglo XXI de un nuevo régimen político y convertirse en el eje articulador de un nuevo acuerdo político, económico, social, cultural y moral, que impulse la refundación de las instituciones públicas y una nueva ética política con todos, basados en la reconciliación nacional y no en la polarización social.

Por desgracia, nuestras dirigentes tienen una visión burocrática de la política y una actitud sectaria, facciosa, intolerante autoritaria y muy antidemocrática que nos está alejando de la gente. Ahí están las encuestas en donde Morena ya ha perdido más del 30% de su base electoral en relación al año pasado.

Por su responsabilidad, Morena no ha dado el ancho y ya está rezagada de las demandas ciudadanas y está generando un descontento social, porque no incluye ni articula ni a liderazgos ni proyectos y mucho menos es un gestor eficiente de los reclamos populares.

No entienden que Morena no está cumpliendo con las expectativas que generó, a pesar de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador sí lo está haciendo, porque el cambio de régimen anhelado no va a concluir este sexenio, sino que deberá transcender varios lustros.

Por ello, hoy día de reflexión de todos los que conformamos a Morena, para iniciar una nueva era a la altura de la etapa histórica que nos ha correspondido vivir. De no asumir ésta responsabilidad política ahora, el siguiente lustro, en ves de haberle dado lustre a México, habremos tiznado la esperanza de millones de mexicanos.