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Polevnsky y Luján están a «padronazos»; no hay condiciones para una elección democrática en Morena. Alejandro Rojas Díaz Durán

agosto 18, 2019

Torreón, Coahuila, a 15 de agosto del 2019.

El Padrón de Morena es un desastre. Están erosionando la legalidad y legitimidad interna de la elección.

El Consejo Nacional debe emitir una convocatoria para que la elección de dirigentes sea a través de una consulta popular.

Los padrones que hay disponibles en Morena, el que está dado de alta en el INE y el que amaneció en la sesión pasada del Consejo Nacional, están rasurados, cepillados y manipulados por ambos grupos internos , que para colmo, no tienen las atribuciones legales para tener acceso a los mismos, porque tienen información confidencial de millones de mexicanos y porque ninguno de los padrones cumple con los requisitos de legalidad y certeza, como tampoco es suficiente para garantizar un proceso bajo los principios de imparcialidad, objetividad, equidad, transparencia, legalidad y legitimidad democrática.

Es fundamental tener un padrón confiable, actualizado y compulsado por el INE, para convocar a una elección interna, porque si convocan con dicho padrón, se va a erosionar la legalidad y la institucionalidad de Morena.

Como diría el clásico: ¿pero qué necesidad, para qué tanto problema?

Es una necedad innecesaria.

¿Cómo es posible que el padrón completo hasta la elección del 1 de julio del 2018, nunca se haya entregado a las instancias correspondientes y mucho menos se haya dado de alta en el INE, con la debida actualización del mismo, y que de súbito haya aparecido en una sesión del Consejo Nacional, que por cierto, no tiene las atribuciones legales ni estatutarias para poseerlo?

Ni siquiera coinciden las cifras de ambas con las verdadera afiliación de militantes.

Ambas se están peleando a «padronazos» y ninguna de ellas tiene la razón.

Ambas están violando las leyes y los Estatutos de Morena.

Yeidckol Polevnsky trae ya su propia ruta y padrón que ha ido construyendo desde que asumió el cargo y Bertha Luján también trae el suyo propio aparte.

Incluso, ya hasta algunos Delegados Federales de Bienestar andan metidos en el acarreo para sus eventos, dejando la estela de un decadente espectáculo digno de las «cargadas» del priato, como ayer mismo dejaron constancia los morenistas de Yucatán, quienes harán las denuncias correspondientes ante las autoridades competentes.

Lo mismo pasó en Tamaulipas, Oaxaca, en Guanajuato, Michoacán y a donde se presenta, le están organizando su precampaña con recursos de quién sabe dónde y por iniciativa de quién sabe quién y vaya uno a saber de qué oficina la están impulsando, sin rubor y contrariando todo lo que hemos rechazado por décadas como las peores prácticas del clientelismo electoral.

Y para rematar, Mario Delgado anda montado en la estructura de la Cámara de Diputados, con todo el aparato disponible para su lucimiento personal, que ni así brilla, provocando ya una fragmentación de la fracción del grupo parlamentario de Morena.

Quería ser el candidato de la unidad y lo único que propició fue la división de la bancada.

Vaya forma de construir la unidad. Le salió el chirrión por el palito.

Quiere que lo ungan, sin despeinarse, desde los templetes de los informes a los que se cuela.

Que renuncie al cargo y se ponga a trabajar a ras de tierra, a ver si es cierto que alguien lo sigue.

Ni con todo el aparato de la Cámara de Diputados ha prendido ni una vela.

En síntesis, NO hay condiciones para una renovación y la elección de todos los dirigentes de Morena, sobre todo a nivel municipal.

No sabemos realmente cuántos somos, quiénes somos y dónde estamos.

Por lo tanto, no existe, hoy por hoy, un padrón confiable para que sea el sustento de un proceso interno auténticamente democrático, sin dados cargados.

Lo más grave, es que han excluido deliberadamente — violando el artículo 41 Constitucional– a los millones de lopezobradoristas que hicieron posible el triunfo de nuestro Presidente Andrés Manuel López y que son el alma de la Cuarta Transformación, mismos que vamos a convocar a las próximas elecciones, pero que hoy ustedes no quieren que se acerquen ni de lejecitos a Morena.

¿En verdad la Nomenclatura cree que los millones de mexicanos lopezobradoristas que vienen apoyando al Presidente de México hace décadas, son unos oportunistas, saltimbanquis, chapulines, sabandijas y otros adjetivos que la dirigencia les ha endilgado sin sustento alguno?

Por supuesto que debe haber algunos de ellos y ya sabemos quiénes son en todos los rincones del país.

La gente no es tonta.

Sabemos quiénes son unos y la gente en cada barrio, pueblo, colonia, comunidad, ejido o unidad habitacional ya sabe perfectamente en dónde están y qué representan.

No por unos cuantos cientos, excluyamos a millones.

El león cree que todos son de su condición.

Y no es así.

Los 30 millones de votos, que hoy serían 50 millones de mexicanos que están a favor del Presidente de México, son el patrimonio democrático de la Cuarta Transformación para garantizar su trascendencia en el futuro y blindar a Morena como el movimiento que está impulsando el cambio de régimen, mismo que concluirá su edificación durante una generación entera y no en éste sexenio del Presidente de México.

Cerrarles las puertas a todos los que hicieron posible la hazaña histórica y popular de derrotar al viejo régimen, tienen todo el derecho que ya se ganaron con su decidida y valiente participación en las urnas.

Ciertamente, no todos quieren afiliarse. Pero las dirigentes deben reconocer que si hasta el 2017 éramos 3 millones y medio de morenistas, más o menos, en el proceso de campaña, se sumaron como morenistas al menos otros 5 millones más.

Si no hubiera sido por ellos, no hubiéramos ganado la Presidencia de la República y los vamos a necesitar siempre y, sobre todo en el 2021.

Quienes defienden la tesis de que sólo participen los morenistas afiliados hasta el 2017, les entró por un oído y les salió por el otro, lo que en campaña repitiera hasta el cansancio Andrés Manuel López Obrador: Morena no tiene dueño; Morena es propiedad del pueblo y es su instrumento para para transformar a México.

¿La Nomenclatura no lo escuchó? ¿O dónde andaban? Porque millones sí lo escuchamos.

Si Morena es del pueblo, ¿por qué le niegan a éste su derecho a decidir quiénes deben ser sus dirigentes en todos los niveles de las dirigencias y órganos de Morena?

¿Por qué el Presidente sí consulta a la gente y por el contrario, el CEN de Morena y el Consejo Nacional no quieren consultar al pueblo de México, para que sean ellos los que con su voto libre, secreto y directo, decidan quiénes deben los futuros dirigentes?

Por una razón muy sencilla: no pueden controlar el proceso a conveniencia propia, para llevar cada una agua a su molino, erosionando la legalidad, la institucionalidad y la legitimidad de Morena.

No están siendo responsables y en ellos recaerá el juicio popular que se está organizando desde abajo y con la gente, para que no sean conculcados sus legítimos derechos políticos de participación democrática en Morena.

¿Realmente creen que los millones de mexicanos que hoy respaldan al Presidente Andrés Manuel López Obrador perjudicarán a Morena si abre su proceso interno?

Yo creo que no.

Yo confío en la gente. El pueblo sabe lo que quiere y es inteligente, de buena fe y profundamente comprometida con la Cuarta Transformación.

Sin duda, hay de todo en la viña y en la campiña, pero el pueblo es mucha pieza para equivocarse.

¿Por qué le niegan entrar a participar en las decisiones de la que es su casa? Porque Morena es la casa democrática del pueblo de México, pero que hoy tienen cerrada las puertas y ventanas de lo que es suyo y hoy le están negando el legítimo derecho de decidir qué hacer y con quién hacer la Cuarta Transformación.

Para mí, no hay morenistas de primera ni de segunda. Todos somos iguales, porque todos somos mexicanos y porque los que no tienen una credencial actualizada de Morena no es por su culpa ni por no autodenominarse históricos: ellos ya son parte también de la historia de México, porque sin todos ellos, nosotros en Morena no somos nada.