Ascético pensador.

octubre 14, 2020

NUEVO TESTAMENTO. Erasmo de Rotterdam acometió la ingente tarea de hacer el texto griego original accesible a los teólogos y estampó el primer texto impreso de la Biblia. Por vez primera pudo el mundo conocer el Nuevo Testamento tal y como los evangelistas lo habían redactado, dejando atrás la “Vulgata”, plagada de errores, faltas y oscuros pasajes.

ADAGIA. Erasmo escribió amenos comentarios sobre los pormenores del culto en Grecia y en Roma. Su libro es una mina inagotable de citas y referencias. Muchos de sus granitos de oro: “A caballo regalado no se le mira el diente”. “Al pan, pan; y al vino, vino”, entre otras sentencias y dichos notables encontrados en manuscritos apolillados de ruinosos monasterios.

COLOQUIOS. Rotterdam trató con su pluma, afilada y penetrante como un estilete, las cuestiones palpitantes de su época, tratándolas con chispeante gracejo y risibles personajes. Censuró los abusos de la Iglesia por apartarse notoriamente de la sencillez y la pureza de la fe de los Apóstoles, pero confesó: “Yo enseño lo mismo que enseña Lutero; pero sin violencia”.