La nota principal de la portada del periódico El Universal, el martes 18 de agosto, decía: “Video de sobornos pega al corazón del panismo”. Se refería a la grabación de la entrega de paquetes de billetes de banco que un supuesto emisario de PEMEX entregó a Guillermo Gutiérrez Vadillo, en presencia de un sujeto identificado como secretario técnico del Senado.
Gutiérrez Vadillo era entonces secretario privado del Senador Francisco Domínguez Servién, ahora Gobernador de Querétaro, con quien desempeñaba la misma función. Después de la difusión del video, Guillermo fue destituido fulminantemente.
La siniestra y sórdida historia que se está escribiendo, es sobre sobornos de la empresa brasileña Odebrecht entregados por conducto de Emilio Lozoya Austin a Senadores y directivos de partidos políticos, a cambio de que votaran a favor de la Reforma Energética.
Lozoya fue detenido por la policía internacional a petición de México, en España, y ofreció a la fiscalía general de la República revelar toda la información en su poder a cambio de un trato justiciero benigno.
Convertido en testigo protegido, el ex director de PEMEX confirmó lo que era un secreto a voces, que Odebrecht aportó más de cuatro millones de dólares, para financiar la campaña presidencial de Peña Nieto.
Pagó además, cientos de millones de pesos en sobornos, a efecto de que Senadores del PAN, y algún diputado federal del PRI, renuente, apoyaran la propuesta de Reforma Energética, de Peña Nieto.
Francisco García Cabeza de Vaca y Francisco Domínguez Servién, eran en ese 2003 Senadores de la República, y ahora cobran como Gobernadores, uno en Tamaulipas, y el otro en Querétaro.
Por tratarse de delitos que no han prescrito, ambos panistas y otros ex legisladores corruptos, serán convocados por la Fiscalía General de la República, para que comparezcan y aclaren su situación.
Si de las investigaciones que están en curso, se derivan presuntas responsabilidades para los indiciados, el Fiscal General turnará los expedientes a los jueces, con petición de órdenes de aprehensión.
Este escándalo está destruyendo la fama, el prestigio, el buen nombre, del PAN, porque involucra además a otros prominentes militantes suyos en los moches, como Ricardo Anaya, Ernesto Cordero, José Luis Lavalle Maury, Javier Lozano.
Anaya era entonces diputado federal, luego presidente nacional del PAN y candidato presidencial. Lozano se enfrascó en una guerra de tuits con el periodista de El Universal Salvador García Soto, negando su participación.
El escándalo de los moches tiene serias repercusiones en Tamaulipas, negativas para el PAN, debido a que ese partido es aquí la primera fuerza política. Tiene el control sobre los tres poderes y sobre la mayoría de los Ayuntamientos.
El partido blanquiazul tomó por asalto el poder en 2016, sin tener estructura territorial, liderazgos regionales, cuadros preparados, militancia empadronada ni un programa definido de gobierno.
Fue una circunstancia política afortunada porque se combinaron varios factores, el más importante, es la traición del Presidente Enrique Peña Nieto al PRI y a su candidato a Gobernador, Baltazar Hinojosa Ochoa.
Está documentado que Peña Nieto no sólo entregó cientos de millones de pesos a legisladores del PAN, sino que estuvo de acuerdo en ceder 7 gubernaturas a candidatos de ese partido, para terminar de “amarrar” sus votos para su Reforma Energética.
Cabeza de Vaca no ganó en las urnas la gubernatura de Tamaulipas, pues se trató de una concertacesión pactada en lo oscurito.
Pero eso ya es historia. Lo actual es que tenemos elecciones a la vuelta de la esquina, el domingo 6 de junio de 2021, y el PAN se está desmoronando a causa de los escándalos de corrupción.
En el más reciente proceso de renovación del Congreso local, ocurrido el domingo 2 de junio, el PAN “ganó” 21 diputaciones de mayoría relativa y 1 de representación proporcional, incurriendo inclusive en una sobre-representación.
Cabeza de Vaca ya arrastraba entonces la mala fama de ser un Gobernador decepcionante, fallido, sin buenos resultados, enteramente impopular, insensible y sin comunicación con el pueblo.
¿Cómo fue posible que en esas circunstancias, el PAN-gobierno consiguiera casi el carro completo?. Bueno, los delitos electorales no estaban reglamentados y era fácil evadir responsabilidades.
El IETAM tenía como pena más severa contra los mapaches, las amonestaciones públicas, que son como las llamadas a misa, nadie les hace caso.
Las campañas del PAN se caracterizaron por el reparto de despensas, tinacos, materiales de construcción, pintadas de casas y otro tipo de “apoyos” económicos, lo que se tradujo en la compra de votos.
Pero los delitos electorales son ahora graves y se pagan con cárcel sin derecho a fianza, de tal manera que ningún ciudadano aceptará en 2021 entregar su voto al PAN a cambio de un lonche, un refresco y cien pesos, como lo instituyó el PRI.
Actualmente, el PAN tiene como presidente estatal a un muchacho de Reynosa, Luis René Cantú Galván, alias El Cachorro, sin experiencia suficiente para una tarea de esa envergadura, pero ni falta que le hace.
Cabeza de Vaca le hará el trabajo de escoger a los 36 candidatos y sus respectivos suplentes, y además, les financiará las campañas de proselitismo.
El problema para ellos es que el video que exhibe la podredumbre de los legisladores y algunos directivos del PAN a nivel nacional, es el primero de la serie, y vendrán otros que terminarán de echarle estiércol a esas siglas azules.
No sabemos cuántos ciudadanos estarían dispuestos a votar por los candidatos del PAN, después de conocer que son capaces de vender hasta a su Patria, como ocurrió con el caso de la Reforma Energética que entregó los recursos del subsuelo a los extranjeros.
Además, Cabeza de Vaca trae su propia cauda de acusaciones de corrupción, siendo el primer Gobernador de Tamaulipas en funciones que es acusado de delitos graves, ante la Fiscalía General de la República.
El PAN es un buen partido pero cayó en manos de este vendedor de chamoyadas y lo convirtió en una plataforma de ascensos, para satisfacer apetitos de dinero fácil, rápido y ajeno.
(Agencia de Servicios Informativos).
