Ahora recuerdo que Gabriel Figueroa Mateos fue un celebrado director de fotografía del cine mexicano; que el yucateco Guadalupe Trigo alude a la capital de México con su canción “Mi ciudad”; que al tenor italiano Enrico Caruso le llamaron el titán del bel canto y que “Peregrina” fue la trova yucateca de Ricardo Palmerín, inspirada en Alma Reed.

Ahora recuerdo que el Mariachi Vargas de Tecalitlán es el mejor del mundo; que José María Velasco es uno de los más notables paisajistas con 300 pinturas al óleo; que Amalia Hernández difundió por el mundo la danza tradicional mexicana y que el oaxaqueño Rufino Tamayo es el autor del mural “Dualidad” en el Museo Nacional de Antropología.

Ahora recuerdo que Abel Quezada es autor del caricaturizado “Charro Matías”; que Juan Soriano es autor de la conocida escultura “La Paloma”; que Cantinflas protagonizó la película “Ahí está el detalle”; que el arquitecto tapatío Luis Barragán recibió el Premio Pritzker en 1980 y que José Clemente Orozco es un reconocido muralista jalisciense.