José Guadalupe Rocha Esparza
“Amour…” es más que una película implacable acerca de la vejez, la enfermedad y la muerte. Una historia que puede sucedernos a cualquiera de nosotros al vernos inmersos en dolencias degenerativas e incurables que provocan sufrimientos físicos y psíquicos constantes e insoportables ante el dolor propio o ajeno por un lazo afectivo o por un lazo de “Amor…”
“Amour…” es ejemplo de acercamiento y conquista permanente con una frase o con un cumplido que se repite por siempre entre quienes se profesan ese sentimiento de amor y la forma de degustar las afinidades y las ocupaciones que han sido la vida y la entrega perenne de Anne y Georges como la música, que subsiste aún con la desgarradora hemiplejia.
“Amour…” insinúa el tema de la eutanasia cuando ella confiesa que no desea seguir viviendo en ese estado vulnerable, al saber que su salud empeora y el habla se vuelve incoherente. Alude indirectamente a personas que ayudan, instigan, aconsejan o procuran un suicidio asistido, una de las grandes controversias morales de nuestro tiempo.