José Guadalupe Rocha Esparza
Masha Dolina, Marina Raskova, Lina Smirnova, Raisa Belyaeva, Lilya Litvyak, Kursk, entre otras aviadoras soviéticas de la II Guerra Mundial, formaron parte de los tres regimientos de valientes mujeres del Ejército Rojo que lucharon contra pilotos nazis de la Luftwaffe a bordo de cazas, bombarderos, biplanos U-2 nocturnos y contra el machismo de los rusos.
Lyuba Vinogradova describe en su libro “Las brujas de la noche” a mujeres que vuelan, que combaten, que vencen y que caen, acribilladas, abrasadas o destrozadas. El mundo heroico, vertiginoso y terrible de la aviación de guerra, en femenino. La emoción de los triunfos se expresaba de modo particular: “¡Has derribado un Heinkel!” Y ellas la rodeaban y la besaban.
En tierra, sufrían el acoso de sus compañeros pilotos pasados de vodka y a veces violencia sexual. Muchas se emparejaron, otras vivieron idilios y unas más se suicidaron al verse prisioneras. Únicas mujeres del mundo que pilotearon aviones de combate en ese sangriento conflicto. Todas ellas fueron muy útiles, además levantaron los ánimos de lucha hasta la victoria.