Jesús Enrique descansa en paz desde el 12 de marzo de 2024. Nacimos juntos, mismo día, mismo mes, mismo año, diferente hora y diferente lugar. Nos conocimos en un espacio áulico del Programa IMPULSO de la Universidad del Valle de Atemajac, UNIVA, de Zapopan, Jalisco. Dos veces mi alumno en los cursos de Historia del Derecho y Delitos en Particular.
Desde enero de 2005 conectamos por su abierta disponibilidad, fuerza, determinación, abierto, sencillo y muy respetuoso. Supe de su grado como comandante de Fragata y director de Seguridad Pública en Guadalajara. Hombre de fuego drástico, franco, sincero, vertiginoso. Fuimos además vecinos. Unificamos tramitología para jubilarnos vía IMSS al mismo tiempo.
El parangón de nuestras cartas astrales fue siempre semejante: ir y venir, viajar, cantar, a veces llorar, a veces reír, a veces perder, a veces ganar, seguir el camino de una vida breve, galopando y cortando el viento. Lo recordaré a perpetuidad, una amistad que continuará a través de Leticia, Betsabeth, Ana Paulina y Luis Enrique para perennizar su viva memoria.