Chiapas es un tesoro, tal como Tuchtlán o San Marcos Tuxtla, “casa de conejos” y desde 1848, Tuxtla Gutiérrez en honor al general Joaquín Gutiérrez, principal ciudad del estado y su capital, sito a 522 m.s.n.m., habitada por 600 mil habitantes, a 35 kilómetros del Aeropuerto “Ángel Albino Corzo”, espacio del Parque Jardín de la Marimba, alma de la ciudad.
Chiapas es un tesoro, tal como el Glorioso Cristo de Copoya, ubicado en la parte alta del cerro Mactumactzá, a 1,160 m.s.n.m., majestuosa escultura de 200 toneladas de acero, en cruz tridimensional de 64 metros de altura, estructura plateada y dorada, con espléndida vista panorámica a la capital y visto desde todas partes de Tuxtla Gutiérrez, cual Cristo del Corcovado.
Chiapas es un tesoro, tal como sentirse chiapaneco en el restorán Las Pichanchas, donde los meseros gritan Sale Pumpo y tocan campanas al servirse en jícara una bebida de vodka, jugo de piña natural, hielo frappé y agua mineral, al igual que el tascalate, de cacao, maíz, achiote y canela, junto con carne Simojovel y cochito chiapaneco. Seguiré narrando el viaje…
