La Tota, héroe de las manos desnudas, dijo adiós. Antonio Félix Carbajal Rodríguez entró a la mitología como el primer futbolista en disputar cinco Copas del Mundo y despedirse del mundo con su rango de leyenda como portero, guardameta o arquero que hizo época, un ejemplar legado de trabajo, entrega y liderazgo en el balompié mexicano desde 1948.
La Tota, inspiración de Campos, Corona, Larios, Ochoa, Oswaldo, Ríos, Conejo Pérez, Cuate Calderón y Tubo Gómez, atajó en Brasil 1950, Suiza 1954, Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966, como la Araña Negra y Gordon Banks, pero con todos los dedos torcidos por la metralla de balones de cuero crudo, custodiando la cabaña o el arco a mano limpia.
La Tota, crónico mártir de cada cuatro años, decía que gato con guantes no caza ratón, ajenos a la protección de los dedos pulgar y meñique de los actuales Roll-Flat, Roll-Negativo o Roll-Finger. Amigo de José Alfredo Jiménez, su portero suplente en 1942. De niño impedía que los balones rompiesen las ventanas. Al final de su vida su negocio fue Vidrios Carbajal.