Comparto la idea del maestro Cipriano Gómez Lara, Profesor Emérito de la UNAM, al advertir que la designación por sufragio universal, elección judicial directa por el pueblo, es un método con tinte político que tendría resultados nefastos, pues vincularía y obligaría al futuro juzgador a tener compromisos de partido, con una visión parcial de impartición de justicia.
Comparto la idea del maestro Ignacio Burgoa Orihuela, Profesor Emérito de la UNAM al advertir que el principio de juridicidad es uno de los más trascendentales elementos de todo régimen democrático, garantía del derecho positivo, insoslayable imperativo de que todos los ministros, jueces y magistrados deben nombrárseles ajenos a intereses de grupo o persona.
Comparto la idea del doctor Joel Carranco Zúñiga, Magistrado de Circuito, al advertir que la fuerza de un juzgador no depende de la cercanía con el pueblo elector, sino de un estricto apego al derecho, honradez, prudencia, profundo conocimiento de la disciplina jurídica e independencia, al margen de presiones de los otros poderes, de las partes o grupos sociales.