José Guadalupe Rocha Esparza
Emperadores del vals, embriagador ritmo bailable, deleite de las cortes europeas, regocijantes, vertiginosas y encantadoras melodías, pasión de aquella Viena alegre, loca, melancólica y embelesadora, sinfónica belleza en “El Danubio azul”, “El vals del emperador”, “Vino, mujeres y canto”, “Loreli Rhein Klänge”, “Marcha Radetzky”, “El murciélago”, “Vida de artista”.
Johann Strauss, casado con Anna Streim, padre de Johann Strauss hijo, amante de Emilie Trampusch, dirigía a los 26 años una orquesta de 200 músicos que amenizaba en los salones de baile más hermosos de Europa. Las cuerdas de su violín, de voluptuosa vibración y notas arrobadoras, rendían a las sociedades protocolarias de la época en un romántico delirio.
Strauss hijo, músico rico, “el mozo”, casado con Henrietta Treffz, 10 años mayor que el compositor austriaco, Angelika Diettrich y Adele Deutsch, se presentó en público a los 19 años, más disciplinado, firme, sereno y mejor instruido que su progenitor, con quien rivalizó y reconcilió. El padre muere a los 45; el hijo a los 74. Gracias a ellos, las parejas giran y dan vueltas.
