Ella es el canto; cada día canta mejor. Su belleza, voz, sentimiento, cuerpo y alma son un precioso regalo. Llega al corazón de todos oírle sus notas emblemáticas “Jacinto Cenobio”, “Yolanda”, “Gracias a la vida”, “Coincidir”, gentil dama tapatía que se ha mantenido congruente con su pasión en la trova, rancheras, boleros, cercana al jazz y ópera; *50 años de trayectoria*.
La intérprete se entrega al público, y el público se le entrega. Cautiva a la gente con su plática, con su voz, con los momentos que crea. Incluye piezas de su autoría como “Canción del Ángel” y “Te quiero más”. Himnos y clásicos de ella son de *viva bohemia*, donde aflora la verdad del hombre y también la verdad de la mujer, que es una verdad más verdadera.
La vida misma ha enseñado a la guerrera y multifacética artista que hoy es el momento de cantar y entregarlo todo. Dice la cantante, 23/02/1955, que *hoy estamos aquí, mañana no sabemos*. “Soy *vecina de este mundo por un rato* y hoy coincide que también tú estás aquí, coincidencias tan extrañas de la vida, tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir”.
