José Guadalupe Rocha Esparza
Corría el año de 1808 y Manuela Castrejón decidió establecer un prostíbulo o casa de citas en su propio domicilio, sito en el Callejón de la Condesa, hecho que la convirtió en la primera madame o madrota en la historia de México. Regenteaba a la española Gertrudis Rojano. Ambas enjuiciadas por lenocinio y prostitución; luego enviadas a la Casa de las Recogidas.
Durante el sitio de Cuautla de 1812, los insurgentes se valieron de las prostitutas para infiltrarse como espías en el campamento realista y obtener información militar a J.M. Morelos dada su capacidad de seducción. Por los servicios prestados a la Patria, el Ayuntamiento de la CDMX les dedicó una calle, nombrada como “Intrépida barragana”, heroínas de la Independencia.
Las sexoservidoras que atendieron las tropas invasoras de Estados Unidos fueron rapadas y llamadas “margaritas” por traidoras. La “Barragana de Aguascalientes” fue célebre porque no había hombre que pudiera resistirse a su belleza. En 1940, las matronas eran perseguidas; los proxenetas gozaban de impunidad. Hoy los padrotes operan muy sofisticadamente.
