La cynología de Peter Sloterdijk, filósofo alemán, nos dice que el cinismo de los políticos es la simulación de la realidad en la era de la información y la comunicación instantánea, convirtiendo la política en un espectáculo, donde la verdad es negociable y la apariencia importante para controlar e influir en la opinión pública con ímpetu demagógico y protagonismo social.
El cinismo se caracteriza por la burla, descaro, desfachatez, insolencia e irreverencia como juego de poder u obra teatral, farsa o comedia para controlar al pueblo, comportamiento que envuelve vanidad, egolatría, megalomanía, mentira, engaño, fraude, falsedad o mediocridad, es decir, apariencia de valía y sabiduría para cubrir insignificancia e ignorancia.
El simulador utiliza las redes sociales como máscara de personaje ficticio, hueco o postizo que no corresponde a la realidad de su ser, ostentación falsa de su ego, signo de vanidad, de sombra, de caricatura. Sloterdijk dice que sobran los epítetos para calificar al simulador, tan ajeno a la veracidad, honestidad, autenticidad, rectitud de pensamiento o conocedor de la ética.