Tim Shaddock es aquel marinero australiano de 54 años rescatado por un atunero mexicano, navegante de azulados ojos, hombre bohemio que cambió el traje y la corbata de ejecutivo IBM por un catamarán, buque, bote o embarcación llamada Aloha Toa, mismo que zarpó desde La Paz, BCS rumbo a la Polinesia Francesa, travesía de 6 mil kilómetros.
Una tormenta le arrancó la vela, le detuvo el motor y lo dejó a la deriva a 2 mil kilómetros de tierra, incomunicado, solo acompañado de Bella, tan fiel como Hachiko, con quien sobrevivió comiendo del mismo plato pescado crudo, pato o tiburón y bebiendo agua de lluvia en la misa taza. Desnutrido, deshidratado e insolado, pero motivado por una cachorra.
Noventa días entre el cielo y el agua, empleando fe, fuerza e inteligencia para sobrevivir, en búsqueda de soluciones accesibles y realistas a su problema, por imposible que pareciera, escuchando esa voz interior que calma la angustia, como aquellos 16 sobrevivientes de la tragedia de Los Andes. Bella se queda en México y Tim regresará su natal Sídney.