La estrategia del *nearshoring*, subcontratación o reubicación de fábricas de China, Estados Unidos, Alemania, Taiwán o Corea del Sur a México para que todo sea más barato, es una oportunidad histórica para *impulsar el empleo*, así como *aumentar el PIB y las exportaciones*, reto que deberá enfrentar y superar la *próxima presidenta* de nuestro país.
Para empezar, resolver la *violencia e inseguridad* que obstaculizan la confianza empresarial; fortalecer el *Estado de Derecho* ajeno al impacto de la corrupción; desarrollar y mejorar *parques industriales* y *zonas económicas especiales*; mantener, mejorar y expandir *carreteras*, *puertos marítimos* y *aeropuertos*, con operaciones más eficientes.
De igual manera, zanjar los problemas en el suministro de *energía y agua*; armonizar las *diferencias culturales* que afectan la *fuerza laboral* en términos de disponibilidad, confiabilidad y productividad. De igual modo, solventar la falta de fuentes locales de *materia prima*. La *flexibilidad* y la *resiliencia* serán clave. Capturar su *valor*, tarea de ella.
