La zotehuela, según el diccionario de mexicanismos 2022 de la Academia Mexicana de la Lengua, página 790, es el patio interior, techado o no, de una vivienda, una suerte de traspatio o azotea intermedia, un remanso entre un piso y otro, un recoleto distinto al de la azotea, espacio para el calentador de agua, y en otros tiempos el bóiler, alimentado de aserrín.
La zotehuela es un lugar aparte, propicio para las plegarias o las íntimas confesiones; un bastión de soledad o también de encuentros furtivos, especialmente entre mujeres que lavan la ropa mientras cantan, fuman, conversan con la comadre las cuestiones urgentes, personales o terribles que sólo se dicen en una zona franca, un poco separada de la casa.
La zotehuela es un descanso de la geometría, una pausa que no se pudo llenar de otra manera, enclave del desahogo, rumores, murmullos, conjeturas, chismes de lavadero que alivian la tensión; historias destinadas a desaparecer como el agua en la coladera, palabras que se pronuncian para limpiar el alma, como se limpia una camisa, como se lava el orgullo.
