Montaigne, es uno de los prosistas y ensayistas más admirables de Francia que desde los seis años sabía latín a la perfección, egresado de Filosofía y Derecho por la Facultad de Toulouse. Su obra “Essais”, cumbre del pensamiento humanista, fue escrita entre 1572 y 1592 bajo la pregunta: ¿Qué sé yo? Desglosamos algunos pensamientos del moralista Michel.
Es preciso, dice, juzgar al hombre por sí mismo, no por sus adornos ni por el fausto que le rodea. El pedestal no entra para nada en la estatura: mídelo sin sus zancos; que ponga a un lado sus riquezas y honores y que se presente en camisa. Lo que se busca es el valor de la espada, no el de la vaina que la cubre. Los esplendores y grandezas son befa y engaño.
Sugiere que mientras el pulso nos late más de prisa que de ordinario y sintamos agitarse nuestra propia emoción, aplacemos la partida. Las cosas nos parecerán distintas cuando ganemos la tranquilidad, calma y sosiego. Quien al castigo quiere apelar, no debe padecer de sed ni apetito. La cobardía engendra crueldad perversa, que muestra rigor brutal e inhumano.