John Stuart Mill, historiador, político y economista británico, apodado como “el filósofo de habla inglesa más influyente del siglo XIX”, gran conocedor de los clásicos, dada su precocidad excepcional, pues a los 10 años ya leía con facilidad a Platón y Demóstenes, así como los tratados lógicos de Aristóteles en griego. Marido de la feminista Harriet Taylor, solo por 7 años.
Mill sugiere que los hombres, a diferencia de los simios, deben emplear la observación para ver, el raciocinio más el juicio para prever y el discernimiento para decidir. Decía que una vez que haya elegido, debe prevalecer la firmeza y el dominio de sí mismo para mantenerse en su ya deliberada determinación, evitando la cobardía, propia de pusilánimes.
Afirma que cada cual es el mejor guardián de su propia salud, sea física, mental y espiritual; que cada quién es responsable de sus impulsos, deseos, creencias y abstenciones, sean o no equilibrados. Dice Mill que la especie humana ganará más en dejar a cada uno que viva como le guste más, que en obligarle a vivir como lo desee el resto de sus semejantes.