Donoso Cortés, filósofo, parlamentario, político y diplomático español, elocuentísimo orador, gran escritor sobre lógica, metafísica, jurisprudencia, catolicismo, liberalismo, socialismo, clasicismo, romanticismo, historia y su joya de antología “Discurso sobre la Biblia”, hombre de profundos conceptos, vertidos en sus ensayos con un lenguaje armonioso y elegante.
Decía que nada hay más espantoso que la apatía o silencio de un pueblo, siempre presagio de desventuras; cuando el pueblo calla, se escucha el gemido de sus víctimas. Todo derecho no limitado por un deber se llama tiranía o delirio de un hombre y todo deber que no está acompañado de un derecho se llama servidumbre o demencia, abulia de un pueblo impasible.
Las instituciones políticas, decía Juan Francisco María de la Salud Donoso Cortés y Fernández Canedo, deben resolver para existir, encontrar el medio de satisfacer cumplidamente todos los intereses sociales. Cuando entre los intereses no hay concordia ni armonía por un tirano o displicencia de un pueblo, el infortunio aparece entre individuos e instituciones.
