Gabriela Warkentin conversa con Benjamín Salmón sobre los variados temperamentos mexicanos en sus aspiraciones y sueños, junto con las capacidades para alcanzarlos, mismos que confirman el individualismo exacerbado; que confía solo en la familia y amigos; que cada quien jala por su cuenta; que somos violentos o liberales salvajes y que somos corruptos.
A un año de las elecciones de 2024, el ánimo social de los mexicanos está dividido hasta la polarización riesgosa entre soñadores esperanzados, nostálgicos tradicionalistas, críticos indolentes, optimistas del futuro, individualistas inconformes, soñadores sin país y renuentes a convivir entre sí en el vecindario o trabajo. La expulsión de la otredad como realidad.
Para entender mejor quiénes somos los mexicanos, Gabriela nos invita a la lectura melodramática o tragicomedia al estilo de José Agustín y no solo racional, dado que las explicaciones desde el cerebro requieren de un correlato narrativo dramatizado, emocional y moral, porque es así como nos construimos nosotros, que en nada desdeña a la Rosa de Guadalupe.