Uso Responsable de la Inteligencia Artificial en los poderes judiciales

La Inteligencia Artificial General (AGI por sus siglas en inglés) es un campo de investigación teórica de la IA que intenta crear software con inteligencia similar a la humana y con la capacidad de autoaprendizaje. El objetivo es que el software pueda realizar tareas para las que no está necesariamente entrenado o desarrollado.

¿Cuál es el estado de la cuestión y el papel del  TEPJF en medio de este contexto tecnológico? Para responder lo anterior, se requieren dos elementos que considero centrales:

  • Una posición autocrítica.
  • Una directriz de principios y valores éticos para la implementación de tecnologías.

Empecemos con la primera postura. La población está inconforme y desconfía de la impartición de justicia (en cualquier materia). Esta percepción se ha generado a partir de los procesos lentos de impartición de justicia a los que se enfrentan las personas. Sin embargo, esto se debe a la gran carga de trabajo de los Tribunales y la eficiencia operativa que se tiene.

Si bien los tribunales cuentan con computadoras y procesadores de texto como herramientas principales para que el personal humano pueda llevar a cabo su actividad, es decir, analizar el derecho, proyectar y dictaminar sentencias en los plazos obligados,  lo cierto, es que la eficiencia de los procesos no se puede medir solo en plazos en la Ley, ni en el número de recursos humanos dedicados a una actividad, ni en el número de computadoras para cada humano.

Tristemente cuando se habla de tecnología en los tribunales la visión suele ser limitada. Y eso es normal, porque los profesionales del derecho no han sido formados para eficientar procesos y desarrollos tecnológicos.

Por otro lado,  los departamentos de tecnología de los tribunales (incluyendo los locales), por lo general son encabezados por personas informáticas que, por su formación, no tienen conocimiento de procesos en medio del contexto jurisdiccional. Por tanto, a veces el desarrollo de proyectos de renovación y desarrollo tecnológico llegan a ser complejos o incluso a veces innecesarios.

Incluso, el uso del lenguaje diferente entre abogacía e informática influye en el retraso para identificar las necesidades que requieren satisfacer las personas operadoras jurídicas en el día a día para cumplir eficientemente con sus tareas. Por ejemplo, se puede buscar a través de implementación de tecnología de Inteligencia Artificial, reducir errores humanos en tareas automatizables,  como lo es en el caso de la mecanografía de nombres y domicilios,  que su solo error conduce a la dilación del proceso.

También es necesaria la interoperabilidad de los Tribunales, es decir que tengan comunicación (electrónica) entre ellos sobre las sentencias.

Por otro lado, un grave problema es contar con un buscador de información preciso y sencillo, en medio de la gran cantidad de información que emiten los poderes judiciales. Para esto, la IA puede ser una gran aliada.

En suma, la integración de tecnología a la función jurisdiccional implica diagnosticar las necesidades de las personas operativas jurídicas y desarrollar soluciones tecnológicas a la medida por el departamento de tecnología, trabajando en colaboración y hablando el mismo lenguaje.

Respecto a la segunda postura, es importante establecer una directriz de principios y valores éticos para la implementación de tecnologías en los tribunales. No puede dejarse llevar por espejismos de innovación sin realizar un análisis detallado y objetivo sobre la base tecnológica, medidas de seguridad y costos de la misma. Y el elemento central del desarrollo tecnológico implementado en los tribunales debe ser priorizar un enfoque centrado en el ser humano.

En medio de esta sociedad cada vez más rápida, donde se generan contenidos en redes sociales con imágenes, audios y videos generados por IA; en que la línea entre la verdad y lo ficticio cada vez se diluye más, los poderes judiciales requieren modernizarse en cuanto a formas de trabajo, uso de herramientas IA, e incluso abordar el desarrollo de productos IA de manera segura y eficaz. Todo ello en beneficio de las personas.

Los tribunales debemos hacer que las personas se interesen en conocer nuestra actividad cotidiana. Para lograrlo, deberemos comunicar de manera sencilla lo que hacemos y cómo esto es benéfico en la vida diaria de las personas. Para lograrlo se requiere hacer un trabajo eficiente auxiliándonos de la tecnología y seguir principios y valores éticos.